Y, ciertamente, te hemos transmitido el mensaje (¡oh, Muhammad!) al igual que hiciéramos con Noé y con los profetas que lo sucedieron. Y transmitimos el mensaje, a Ismael, a Isaac, a Jacob, a las tribus de Israel, a Jesús, a Job, a Jonás, a Aarón y a Salomón. Y otorgamos los Salmos a David.
Y le concedimos a Isaac y a (este le concedimos a) Jacob, a ambos los guiamos; y guiamos con anterioridad a Noé. Y de entre su descendencia (guiamos) a David, a Salomón, a Job, a José, a Moisés y a Aarón. Así recompensamos a quienes hacen el bien.
Y (recuerda) a Job[1], cuando este suplicó a su Señor (para que lo librara de su enfermedad) diciéndole: «He sido alcanzado por la desgracia, y Tú eres el más Misericordioso de entre los misericordiosos».
1- Job fue un profeta a quien Al-lah puso a prueba en su salud, hijos y bienes, de manera que perdió todo lo que tenía. Llegó a quedarse solo con su mujer, que era la única persona que lo cuidaba durante su enfermedad. En lugar de desesperar, Job fue paciente y se centró en alabar y glorificar a Al-lah.
Y respondimos a su súplica y lo curamos de su dolencia. Y le devolvimos a su familia (que había perdido) y le concedimos el doble de hijos (y bienes en compensación por lo sufrido) por misericordia Nuestra y para que los siervos reflexionaran (y aprendieran de tal lección).
(Al-lah le respondió:) «Golpea (la tierra) con el pie». (Entonces brotó un manantial, y Al-lah le dijo:) «Esta agua fresca es para que te laves y bebas de ella». (Y sus males desaparecieron.)
Y lo agraciamos devolviéndole a su familia y concediéndole el doble de hijos (y bienes en compensación por lo sufrido) por misericordia Nuestra y para que sirviera de lección a los hombres de buen juicio.
(Y le dijimos:) «Toma un manojo de hierbas y pégale (a tu mujer simbólicamente) con ellas para no romper el juramento[1]». Realmente, lo hallamos paciente. ¡Qué excelente siervo! Siempre se volvía (a Nos) en arrepentimiento.
1- Una vez en la que Job estaba muy enojado, juró que pegaría a su mujer, si llegaba a recuperarse de su enfermedad, por algo que ella había hecho. Tras recuperarse tenía que cumplir su juramento, aunque su esposa lo había atendido constantemente durante su enfermedad y había cuidado siempre bien de él. Al-lah le mostró la manera de cumplir el juramento sin lastimar a su fiel esposa.