Y así es como muchos de los demonios a los que obedecen (los idólatras) engañan a estos para que les parezca bien matar a sus hijos[1]con el fin de provocar su destrucción y de confundirlos en su religión. Y si Al-lah hubiese querido, no lo habrían hecho. Déjalos, pues (¡oh, Muhammad!), con las mentiras que inventan.
1- El miedo a la pobreza hacía que algunos idólatras matasen a sus recién nacidos. Las niñas eran quienes más sufrían tal crimen, ya que la sociedad de entonces temía que la niña pudiese llevar la deshonra a la familia en el futuro, y muchos enterraban a las niñas vivas al nacer.
En verdad, quienes maten a sus propios hijos por no hacer uso de la razón y por ignorancia y se prohíban a sí mismos lo que Al-lah les ha concedido como sustento atribuyéndole a Él tales mandatos causarán su propia perdición. Se habrán extraviado (del camino) y no estarán bien guiados.
Diles: «Venid que os diré lo que vuestro Señor os ha prohibido: os ha prohibido adorar a otros fuera de Él y os ha ordenado tratar bien a vuestros padres; os ha prohibido matar a vuestros hijos por miedo a la pobreza, Nos os proveemos, así como a ellos; os ha prohibido cometer cualquier inmoralidad en público o en privado y acabar con la vida que Al-lah ha hecho sagrada, salvo con una justificación[1]. Esto es lo que Al-lah os ordena para que reflexionéis.
1- Como la aplicación de la pena de muerte a un asesino tras haber sido sentenciada por la autoridad encargada de aplicar la ley islámica.
Y no matéis a vuestros hijos por miedo a la miseria; Nos somos quienes les concedemos sustento, así como a vosotros. Ciertamente, matarlos es un grave pecado.
¡Oh, Profeta!, si las creyentes se presentan ante ti jurándote que adorarán solamente a Al-lah, que no robarán, que no cometerán fornicación ilegal ni adulterio, que no matarán a sus hijos, que no atribuirán a sus esposos hijos que no son de ellos y que no te desobedecerán cuando les ordenes el bien, acepta su juramento de fidelidad y pide perdón a Al-lah por ellas. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.